En la TREC, el terapeuta inicia la mayoría de las sesiones pidiendo al paciente que describa lo más exactamente posible cómo siente ante ciertos pensamientos i/o acciones. Si sus pensamientos demuestran ser negativos y contraproducentes, se le explica y demuestra como él crea la mayoría de sus emociones disfuncionales e insanas (rabia, ansiedad, culpa, depresión, entre otras).
Seguidamente, el terapeuta se esfuerza en revelar, analizar y tratar de resolver las creencias irracionales concretas e interiorizadas que el paciente se dice a sí mismo para perpetuar estas emociones desadaptativas, con el fin de que pueda finalmente vencerlas y reemplazarlas por otras creencias más funcionales. De esta forma, el paciente podrá adoptar emociones más funcionales y sanas, como sentir la inquietud y/o preocupación en lugar de ansiedad, tristeza en lugar de depresión o enfado en lugar de rabia, adquiriendo con ello una filosofía de la vida más racional.
Para que paciente aprenda a pensar de una forma más lógica y científica sobre sí mismo y su entorno, el terapeuta emplea de una forma directa diferentes métodos didácticos, ayudándose de la persuasión, los halagos y la animación continua para lograr que el paciente sea más constructivo, positivo y ambicioso.
Para terminar, decir que en el transcurso de todas las sesiones de la terapia, el terapeuta motiva en todo momento al paciente para que éste trabaje, trabaje y trabaje para conseguir así cambiar sus suposiciones básicas y su comportamiento contraproducente, pues sólo de esta manera conseguirá superar sus trastornos emocionales.