Fueron los filósofos estoicos los primeros en hablar de la importancia de desarrollar la fortaleza psicológica, necesaria para afrontar mejor las situaciones negativas de la vida. Porque antes o después tendremos que enfrentarnos a la adversidad, y será entonces cuando tendremos también que hacer frente a nuestros pensamientos automáticos negativos que pueden hundirnos emocionalmente. De ahí la importancia de llenar nuestra mochila de “herramientas” para así poder confrontar y disputar estos pensamientos catastróficos.
Los estoicos defendían la idea de que en realidad no nos perturban las situaciones o los hechos, sino las interpretaciones que hacemos sobre ellos. Es decir, que son nuestras expectativas y nuestras valoraciones, positivas o negativas, que hacemos sobre las situaciones lo que nos afecta, positiva o negativamente.
¿Cómo podemos conseguir ser fuertes mentalmente?
1.- Poniendo las cosas en perspectiva:
Marco Aurelio, emperador del Imperio Romano desde el año 121 al 180 d.c., dijo: “Muchas de las ansiedades que nos acosan son superfluas: al ser sólo criaturas de nuestra imaginación, podemos deshacernos de ellas y expandirnos a una región más amplia, dejando que nuestro pensamiento abarque todo el universo”.
Cuando nos equivocamos y queremos rendirnos, muchas veces nos pasa que en ese momento sólo podemos pensar en ese contratiempo, en el fracaso o en el error que cometemos, quedando atrapados en las interpretaciones que hacemos sobre ellos (que, generalmente, son negativas). Los estoicos defendían la importancia de poner las cosas en perspectiva, de esta manera adoptamos una visión más amplia y así podemos mantenernos mentalmente más fuertes.
2.- Preguntándonos qué es lo peor que puede pasar:
Hacernos esta pregunta no es ser pesimista, de la misma manera que controlar un seguro de vida no significa que queramos morir. Tan sólo significa que queremos estar preparados para lo que pueda pasar. Se trata, por lo tanto, de adecuar nuestras expectativas, siendo conscientes de que las cosas no siempre salen como queremos.
La solución de imaginar el peor escenario posible fortalece nuestra mente y nos prepara para afrontar situaciones negativas.
3.- Aplicar la “cláusula de reserva”:
O dicho de otra manera, reconocer que no podemos controlar muchas de las cosas que nos pasan. El filósofo estoico Epicteto lo llamaba hupexhairesis en griego, y se puede traducir como “Haz lo que debes; deja que suceda lo que sucederá”.
Si podemos en práctica este consejo, estaremos en disposición de poder ponernos objetivos más realistas y no nos frustraremos si no alcanzamos algo. Porque podemos tener cierto grado de control sobre el proceso, pero no sobre el resultado. Si creemos que tenemos el control total, la realidad se encargará de recordarnos que no es así, lo cual nos enojará y hará que nos demos por vencidos más rápido. Por lo tanto, es importante centrarse en lo que podemos controlar: “haz todo lo que puedas”.
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